EL ESQUEMA LAMBDA DE JACQUES LACAN (PRIMERA PARTE)
Hola ¿cómo están?
en el día de hoy vamos a trabajar el “esquema L” o “esquema Lambda” de Jacques
Lacan. Para dicho cometido, voy a servirme de fragmentos o citas extraídas de
algunas clases de los seminarios 2, 3 y 4. El objetivo consiste en realizar un recorrido a fin de examinar los problemas teóricos y prácticos a los cuales intenta responder el esquema antes mencionado; como así también, desarrollar algunos puntos cruciales, tales como: la representación espacial (topológica) de la estructura del esquema; analizar los elementos e interrelaciones conceptuales; situar en el esquema las nociones de "resistencia"; "transferencia","palabra plena" (inconsciente como discurso del Otro, reconocimiento simbólico, estructura de la palabra), "relación imaginaria" (identificaciones imaginarias, determinaciones simbólicas), "realización del sujeto" (o realización del discurso del Otro), etc.
Bueno, sin más que agregar, comencemos por lo más básico, a saber, el nombre del esquema. Pues bien, en cuanto al nombre del esquema, cabe señalar que el mismo es conocido de dos maneras. Por un lado, bajo el término de esquema “Lambda”, y por otro, como esquema “L”. La primera forma se debe al hecho de que dicho esquema tiene una forma muy parecida a la letra “Lambda” del alfabeto griego, la cual se escribe de la siguiente manera:
Bueno, sin más que agregar, comencemos por lo más básico, a saber, el nombre del esquema. Pues bien, en cuanto al nombre del esquema, cabe señalar que el mismo es conocido de dos maneras. Por un lado, bajo el término de esquema “Lambda”, y por otro, como esquema “L”. La primera forma se debe al hecho de que dicho esquema tiene una forma muy parecida a la letra “Lambda” del alfabeto griego, la cual se escribe de la siguiente manera:
l
En cuanto a la segunda forma, se debe a que su
equivalente latino es la letra “L”.
REPRESENTACIÓN ESPACIAL TOPOLÓGICA DE FUNCIONES Y
RELACIONES
Antes de pasar a analizar la estructura del esquema, quisiera hacer un breve comentario acerca del tipo de representación espacial que implica. En la clase 19 del seminario 2, Lacan introduce el esquema de la siguiente forma:
Este esquema no sería un esquema si
presentara una solución. Ni siquiera es un modelo. Es sólo una manera de fijar
las ideas, que una imperfección de nuestro espíritu discursivo reclama (p. 365)
En esta cita, encontramos al menos dos cuestiones. Por un
lado, el esquema es presentado como un modo de fijar ideas, a fin de superar
cierta imperfección de nuestro espíritu discursivo. Es decir, nos ofrece una
representación sincrónica de un conjunto de nociones y sus interrelaciones, de
manera que nos permita evitar que nos perdamos en la diacronía discursiva. Pero
a su vez, hace una distinción entre los esquemas y los modelos. ¿Por qué?
Bueno, esto se debe al hecho de que los modelos basan su funcionamiento en la
analogía, es decir, en la similitud de la forma. Y por tanto, podemos concluir
que los modelos tienen una estructura imaginaria o intuitiva, y no por el contrario, una estructura
topológica.
Esto ya nos adelanta una pista, es decir, que los esquemas implican un tipo de representación espacial diferente a los modelos, es decir, no tópicas, sino topológicas. Esto se empieza a aclarar con la siguiente cita. En la primera clase del seminario 4 (21 de noviembre de 1956) Lacan dice lo siguiente:
Finalizados estos años de crítica, aquí estamos, armados por lo tanto de cierto número de términos y de esquemas. La espacialidad de estos últimos [es decir, los esquemas] no debe tomarse en el sentido intuitivo del término de esquema, sino en otro sentido, perfectamente legítimo, que es topológico- no se trata de localizaciones, sino de relaciones de lugar, por ejemplo interposición o sucesión, secuencia. Nuestra elaboración culmina en un esquema que podemos llamar el esquema y que es el siguiente (p. 11-12)
Por el momento, digamos que se trata de una estructura topológica de tipo general o abstracta -dado que no es una superficie, sino- un conjunto de puntos que puede ser tomado como un espacio topológico. Entonces, tenemos: 4 puntos y 4 vectores. Dos vectores continuos y dos vectores discontinuos. Y entre ellos, una interrupción (o interposición). En cuanto a los puntos, tenemos: A (Gran Otro), a (yo), a´ (otro, semejante), S (sujeto)
COMENTARIO SOBRE TOPOLOGÍA: la topología es una rama de la geometría que surge a finales del siglo XIX. Es un tipo de geometría no métrica, es decir, no euclideana. No se interesa en la forma ni en las medidas. Sino que por el contrario, se centra en los invariantes topológicos como por ejemplo: continuidad, discontinuidad, vecindad, límite, etc. Lacan a lo largo de su enseñanza, utiliza a la topología -redes, grafos, esquemas, superficies, nudos, etc.- para concebir la relación de los tres registros -real, simbólico e imaginario- que introduce al psicoanálisis. Por el contrario, los conceptos freudianos se basan en una relación tópica -inconciente, preconciente, conciente. Yo, superyó, ello-.
Esto ya nos adelanta una pista, es decir, que los esquemas implican un tipo de representación espacial diferente a los modelos, es decir, no tópicas, sino topológicas. Esto se empieza a aclarar con la siguiente cita. En la primera clase del seminario 4 (21 de noviembre de 1956) Lacan dice lo siguiente:
Finalizados estos años de crítica, aquí estamos, armados por lo tanto de cierto número de términos y de esquemas. La espacialidad de estos últimos [es decir, los esquemas] no debe tomarse en el sentido intuitivo del término de esquema, sino en otro sentido, perfectamente legítimo, que es topológico- no se trata de localizaciones, sino de relaciones de lugar, por ejemplo interposición o sucesión, secuencia. Nuestra elaboración culmina en un esquema que podemos llamar el esquema y que es el siguiente (p. 11-12)
Por el momento, digamos que se trata de una estructura topológica de tipo general o abstracta -dado que no es una superficie, sino- un conjunto de puntos que puede ser tomado como un espacio topológico. Entonces, tenemos: 4 puntos y 4 vectores. Dos vectores continuos y dos vectores discontinuos. Y entre ellos, una interrupción (o interposición). En cuanto a los puntos, tenemos: A (Gran Otro), a (yo), a´ (otro, semejante), S (sujeto)
COMENTARIO SOBRE TOPOLOGÍA: la topología es una rama de la geometría que surge a finales del siglo XIX. Es un tipo de geometría no métrica, es decir, no euclideana. No se interesa en la forma ni en las medidas. Sino que por el contrario, se centra en los invariantes topológicos como por ejemplo: continuidad, discontinuidad, vecindad, límite, etc. Lacan a lo largo de su enseñanza, utiliza a la topología -redes, grafos, esquemas, superficies, nudos, etc.- para concebir la relación de los tres registros -real, simbólico e imaginario- que introduce al psicoanálisis. Por el contrario, los conceptos freudianos se basan en una relación tópica -inconciente, preconciente, conciente. Yo, superyó, ello-.
ELEMENTOS,
RELACIONES Y EJES
Ahora pasemos a observar los elementos y el modo de
interrelación que tienen entre sí. En principio, vemos que hay dos ejes que se
cruzan, o mejor dicho, el eje de la relación imaginaria corta (interrumpe) el eje simbólico.
El eje imaginario está compuesto por la línea que une al yo (a) con el semejante -alter-ego- (a´). Lacan llama a dicho vector (a´ - a) como “Muro del lenguaje”. En el cual, ubica a la “palabra vacía”, “significación”, etc. Es importante remarcar el hecho de que Lacan distingue el lenguaje (en tanto muro que interrumpe el paso de la palabra plena o discurso del Otro) y la palabra (recibir su propio mensaje de forma invertida del Otro). El muro del lenguaje hace referencia a las cristalizaciones simbólicas que una vez consolidadas, constituyen una realidad (ontología), es el lugar de los "entes", dónde se encuentran los "objetos", las identificaciones yoicas con el semejante, la consideración del semejante y del yo como objetos. En dicho eje, Lacan ubica las relaciones de objetos. Por el contrario, en la estructura de la palabra se abre la posibilidad de la "Creación" -como veremos más adelante-.
El eje imaginario está compuesto por la línea que une al yo (a) con el semejante -alter-ego- (a´). Lacan llama a dicho vector (a´ - a) como “Muro del lenguaje”. En el cual, ubica a la “palabra vacía”, “significación”, etc. Es importante remarcar el hecho de que Lacan distingue el lenguaje (en tanto muro que interrumpe el paso de la palabra plena o discurso del Otro) y la palabra (recibir su propio mensaje de forma invertida del Otro). El muro del lenguaje hace referencia a las cristalizaciones simbólicas que una vez consolidadas, constituyen una realidad (ontología), es el lugar de los "entes", dónde se encuentran los "objetos", las identificaciones yoicas con el semejante, la consideración del semejante y del yo como objetos. En dicho eje, Lacan ubica las relaciones de objetos. Por el contrario, en la estructura de la palabra se abre la posibilidad de la "Creación" -como veremos más adelante-.
Por otra parte, tenemos un eje simbólico constituido por el Otro con mayúscula (A) y el sujeto (S). En dicho vector (A - S), Lacan ubica al “Inconsciente” (como Discurso del Otro), “palabra plena”, ”significante”. Aquí se pueden ubicar las formaciones del inconciente tales como: lapsus, fallidos, chistes, sueños, síntomas. Pero no hay que perder de vista que Lacan ya a esta altura nos da la siguiente fórmula: el inconciente es el discurso del Otro. Lo cual ya implica la estructura de la palabra (recibir su propio mensaje de forma invertida del Otro), introduciéndose de este modo, el lugar y función del analista en la realización de ese discurso.
A su vez, también tenemos interrelaciones entre lo simbólico y lo imaginario, a saber: (A-a) y (S-a´)
Ahora bien, si observamos con atención los vectores, rápidamente notaremos que del punto (A) salen dos vectores, uno que va hacia el yo (a) y otro que va hacia el sujeto (s) atravesando el “muro del lenguaje”. De este modo, podemos decir que el Otro determina tanto al yo como al sujeto. Por otra parte, vemos que el yo se encuentra determinado por el Otro y por el otro (su semejante, identificaciones imaginarias).
También es importante tener en cuenta el estatuto de cada vector, es decir, nos encontramos con vectores continuos y discontinuos. Las líneas quebradas (discontinuas) dan cuenta de cierta interrupción en el flujo de la palabra plena en el eje A - S.
Respecto a la interrupción del eje simbólico por parte del muro del lenguaje, Lacan en la primera clase del seminario 4 dictada el 21 de noviembre de 1956, dice lo siguiente:
Este esquema inscribe en primer lugar la relación del sujeto con el Otro. Tal como está constituida al inicio del análisis, es la relación de palabra virtual por la que el sujeto recibe del Otro su propio mensaje, bajo la forma de una palabra inconsciente. Este mensaje le está prohibido, es objeto por su parte de un profundo desconocimiento, está deformado, detenido, capturado, por la interposición de la relación imaginaria entre a y a´, entre el yo y el otro, que es su objeto típico. La relación imaginaria, que es una relación esencialmente alienada, interrumpe, aminora, inhibe, invierte las más de las veces, desconoce profundamente la relación de palabra entre el sujeto y el Otro, el gran Otro, como otro sujeto, un sujeto por excelencia capaz de engañar. No fue vano introducir este esquema en la experiencia analítica, en vista de cómo la formulan hoy en día un número cada vez mayor de analistas, que hacen prevalecer en la teoría analítica la relación de objeto como algo primario, pero sin ir más allá al comentarla. En ella centran la dialéctica del principio del placer y el principio de realidad, y basan el progreso analítico en una rectificación de la relación del sujeto con el objeto, considerada como una relación dual que, añaden refiriéndose a la situación analítica, seria excesivamente simple. Pues bien, eso mismo es lo que pondremos a prueba, esta relación del sujeto con el objeto que tiende a ocupar cada vez más el centro de la teoría analítica. Dado que la relación de objeto como dual está relacionada precisamente con la línea a-a´ de nuestro esquema” (p. 12)
Entonces, el esquema inscribe la relación del sujeto con el Otro tal como está constituida al inicio del análisis, es decir, interrumpida por el muro del lenguaje. Pero agrega algo más, dice que es la relación de la palabra virtual que el sujeto recibe su propio mensaje del otro de forma invertida, palabra inconciente. Esto nos introduce de lleno a la estructura de la palabra, y a su vez, al lugar y función del analista. Al respecto, en la Clase 3 del seminario 3 (30 de noviembre de 1955) Lacan asevera lo siguiente respecto a la ESTRUCTURA DE LA PALABRA:
Para nosotros, la estructura de la palabra, lo dije cada vez que tuvimos que emplear aquí este término en su sentido propio, es que el sujeto recibe su mensaje del otro en forma invertida. La palabra plena, esencial, la palabra comprometida, está fundada en esta estructura (p. 57)
Esto nos conduce a revisar la cuestión del RECONOCIMIENTO SIMBÓLICO. En la Clase 4 del seminario 3 (7 de diciembre de 1955) indica que:
El interés de las observaciones que hice la vez pasada sobre el otro y el Otro, el otro con minúscula y el Otro con mayúscula, era hacerles notar que cuando el Otro con mayúscula habla, no es pura y simplemente la realidad ante la cual están, a saber, el individuo que articula. El Otro está más allá de esa realidad. En la verdadera palabra, el Otro, es aquello ante lo cual se hacen reconocer- pero sólo pueden hacerse reconocer por él porque él está de antemano reconocido. Debe estar reconocido para que puedan hacerse reconocer (p. 78)
Luego continúa ofreciendo algunos ejemplos que ilustran dicha estructura:
Diciéndole a alguien: Tú eres mi mujer, implícitamente le dicen Yo (je) soy tu hombre, pero primero le dicen Tú eres mi mujer, vale decir que la instituyen en la posición de ser reconocida por ustedes, mediante lo cual podrá reconocerlos. Esta palabra es entonces siempre un más allá del lenguaje (p. 79)
Es decir, para ser reconocido por el Otro, primero hay que elevar a un otro (semejante) a la categoría de Gran Otro (simbólico, determinante), tal como es ilustrado en los ejemplos que nos ofrece Lacan (Tú eres mi mujer; Tú eres mi maestro; Tú eres mi amo). De este modo, al erigir a un otro a la categoría de Otro, espero recibir de ese Otro mi reconocimiento simbólico (mi lugar simbólico) por parte de él. Vamos a pensarlo con uno de los ejemplos que nos brinda Lacan. Si elevamos a alguien a la categoría de Maestro, esperamos recibir de ese Otro nuestro reconocimiento como discípulo. Esto es interesante para pensar la alteridad, puesto que `nuestra´ posición simbólica depende del reconocimiento del Otro. Por el contrario, si no reconocemos -o erigimos- a alguien en ese lugar, no esperamos recibir ningún reconocimiento simbólico. Algo más que quisiera agregar, es la cuestión de la identificación o entificación simbólica resultante del reconocimiento. Es decir, al ser reconocido o no por un Otro, lo que introduce es una posición simbólica y por ende, una cierta substacialización -cabe aclarar, siempre pasible de ser revocada o modificada- que crea una nueva posición en el mundo.
Todo esto va a quedar más claro cuando trabajemos en la próxima parte las nociones de "Desconocimiento Yoico", "Ignorancia", "Censura discursiva", las cuales nos aportaran la clave para ubicar el lugar y la función del analista.
BIBLIOGRAFÍA:
- Eidelsztein, A. (1992) Modelos, esquemas y graos en la enseñanza de Lacan. Buenos Aires: Argentina. Editorial Letra Viva,
- Lacan, J. (2016) El seminario 2: el yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica. Buenos Aires: Paidós.
- Lacan, J. (1995) El seminario 3: las psicosis. Buenos Aires: Paidós.
- Lacan, J. (2008) El seminario 4: la relación de objeto. Buenos Aires: Paidós.
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